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Luis Nishizawa
Su historia detrás del arte:
Discípulo de pintores como José Chávez Morado, Julio Castellanos y Alfredo Zalce, Luis Nishizawa Flores (2 de febrero de 1918-29 de septiembre de 2014) fue reconocido, no sólo por su obra plástica sino también por sus investigaciones y enseñanzas de la técnica plástica durante los muchos años que dedicó a la docencia en la Escuela Nacional de Artes Plásticas (hoy Facultad de Artes y Diseño) de la UNAM, con lo que demostró su interés por la formación de jóvenes “artesanos”.
Luis Nishizawa fue una persona sencilla, humilde, espiritual y trabajadora, que en algún momento confesó que todo lo que había logrado como hombre y
pintor era para honrar a su padre, a quien le ofrecía cada cuadro como un homenaje. Su capacidad para sentir y conmoverse ante la naturaleza, el paisaje y sus recuerdos de infancia era tan fuerte que la trasladó a su obra. Aunado a ello, la bondad, la sencillez, la soledad y la libertad fueron cualidades que le permitieron ser un artista dichoso. Trató de que su obra estuviera impregnada de poesía, pues la consideraba la madre mayor de las artes, por lo que puso lo mejor de sí en su obra y lo mejor de sí fue un sentimiento poético.
Luis Nishizawa nació en la Hacienda de San Mateo Ixtacalco, en Cuautitlán, Estado de México. De su padre, el japonés Kenji Nishizawa, adquirió la disciplina y la filosofía zen (el sentido del honor, la integridad personal, la lealtad y un profundo sentido
de respeto por el ser humano), y de su madre, la mexicana María de Jesús Flores, heredó la sensibilidad, valor fundamental en su vida y obra.
A finales de los años cuarenta, ya como profesional de la pintura, formó parte de la corriente nacionalista, creó cuadros al estilo de la Escuela Mexicana de Pintura y participó en el Muralismo. En 1951 realizó su primera exposición individual en el Salón de la Plástica Mexicana. A partir de 1955 comenzó a enseñar técnicas y materiales en la Escuela Nacional de Artes Plásticas. Entre 1963 y 1985 viajó a Japón con la finalidad de conocer el pueblo natal de su padre –Yashima–, visitar las tumbas de sus antepasados y de aprender nuevas técnicas plásticas.
En 1992 fundó en el Estado de México el Museo-Taller Luis Nishizawa, centro de aprendizaje, de difusión y preservación de su obra. En 2009 se inauguró el Centro Cultural Luis Nishizawa en Atizapán de Zaragoza, donde fue la última vez que se le vio en un acto público.
A lo largo de su vida recibió numerosas distinciones, entre ellas: creador emérito del Sistema Nacional de Creadores de Arte del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (1993-2014), doctor honoris causa de la Universidad Nacional Autónoma de México (1996), Premio Nacional de Ciencias y Artes (1996), Medalla Bellas Artes (2013), Miembro Numerario de la Academia de Artes, y Premio Tesoro Sagrado del Dragón, otorgado por el gobierno de Japón.